José Antonio Gil Yepes, socio y director de la firma Datanálisis, afirma que la reconversión monetaria no va a beneficiar a las empresas venezolanas y tampoco a la economía. “Es sana si el contexto de las políticas económicas promueven la producción, la inversión, el mejoramiento del salario real y la capacidad de consumo del pueblo”.
El especialista explica, y coincide con otros expertos, que si no se cambian las medidas económicas como las políticas que limitan la producción, los controles de precios, el control de cambio y la falta de materia prima, la reconversión monetaria es una acción cosmética que no resuelve el meollo del problema. “Por el hecho de cambiarle el valor a la moneda no se está haciendo otra cosa que una acción cosmética. Es lo mismo que pasó con la reconversión anterior, donde simplemente se redujo los ceros. Antes la devaluación no fue tan acelerada. Luego se cayeron los precios y la producción petrolera con la llegada de Nicolás Maduro en abril de 2013 y entonces no hemos tenido posibilidades de tener una economía estable”.
Gil señala que la reconversión monetaria prevista para este año 2018, no tendrá ninguna implicación sobre la economía real. Añade que sólo generará más gastos para los empresarios ya que tienen que hacer una serie de ajustes en toda la cadena, porque deberán cambiar desde sistemas, softwares, programas, distribución, entre otros.
“Se va a producir una disonancia enorme entre la expectativa que estás levantando porque tiraste unos billetes nuevos a la calle y la realidad de que la inflación y la desinversión continuarán, igual que el desabastecimiento”, comenta Gil, de Datanálisis.
Finaliza que lo que pasará es una decepción en la población, la cual pronostica será mucho más rápida que la de 2008 y mucho más porque en ese año los precios del petróleo estaban altos, mientras que en este momento el país no llega a la mitad de lo que se producía en ese año.
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